Determinada a descubrir la esencia del cubano actual, la cineasta y su tripulación dan
un paseo en uno de los coches más antiguos y populares (los llamados
"almendrones"), un legendario Chevrolet de 1948, utilizado por los lugareños para
moverse por la ciudad. Los asientos de automóvil son compartidos por un maestro, un
actor, un "santera", un joven escritor, un viejo pícaro de La Habana, un sacerdote, un
conductor, un "jinetero" (una persona que se aprovecha de los turistas), una
vendedora de cacahuetes y una violinista. Un grupo de personas que no se conocen pero que espontáneamente hablan de sus vidas y preocupaciones.